“Es lo que nos toca…”, “Qué le vamos a hacer…” son varias de las frases que escuchamos últimamente sin parar y que nos hacen creer que hasta que no salgamos de casa no podremos entrenar de verdad, o que debido a esta situación perderemos todo lo que habíamos conseguido, o un largo etcétera de pensamientos negativos. Pues bien, hoy quiero hablar de mi experiencia personal y algo que es muy importante para mi.
Descubriendo todo lo que no tengo
Llevo mucho tiempo en esto, y seguramente todos y todas los que me conocen saben que el pilar fundamental de mi entrenamiento es que todo esté bien hecho, que la técnica se acerce todo lo posible a lo más perfecta que la podamos realizar y que haya detalle en cada movimiento. En definitiva, que cuando se vea a cualquier persona que entrene conmigo pensemos… “Guau, este/a sabe lo que hace…“.
Lo curioso viene cuando descubres que muchas cosas no las puedes hacer.
Y aquí viene lo que en un primer momento parecía un problema. No dispones de un compañero o compañera que pueda ayudarte a entrenar, es más, ni siquiera tienes material con el que entrenar. No puedes golpear con fuerza, no puedes moverte grandes distancias, por lo que te ves en la obligación de hacer algo a lo que normalmente la mayoría de gente no le da importancia: Shadowboxing, Sombra, Trabajo en el aire o como queráis llamarlo.
Los primeros días
El primer y segundo día son fáciles. No te cuesta nada motivarte, mantenerte concentrado/a y sentir que estás haciendo algo productivo. No le das demasiada importancia a si sudas o no, si te notas fatigado/a o si empiezas a resentirte. (motivo por el que equivocádamente pensamos en que es la única forma en la que nuestro cuerpo trabaja) Pero aquí llega lo que a mi me gusta expresar de la siguiente forma: “cree en lo que haces o simplemente no lo hagas”.
Te plantas después de una semana haciendo lo que para ti es “lo mismo de todos los días” y empiezas a cuestionarte si de verdad necesitas repetir todo eso tantas veces, si sirve de algo no cambiar de entrenamiento en tanto tiempo, o en como echas de menos pegarle al saco, a los focus gloves o los thai pads y sentirte “mejor” de lo que te estás sintiendo ahora, porque para tí, prácticamente no estás entrenando.
Y aquí llega el problema principal y también final
Directamente lo dejas, o en el mejor de los casos, lo realizas sin prestar atención absolutamente a nada o casi nada. El mero hecho de moverte es más que suficiente, porque hacerlo comienza a ser algo aburrido y simplemente “crees que lo tienes que hacer”. Pero lamento deciros que es ahí y justo ahí, donde más atención hay que prestar, y empezar a pensar no en lo que hacemos, sino en por qué lo hacemos. Cada movmiento, cada golpe al aire, cada gesto enfocándome en la técnica me acerca un poco más a esa velocidad que quiero, la pegada o potencia, el equilibrio, o todo eso que siempre pienso que necesito mejorar. Lo tengo justo ahí delante, solo que aún no me doy cuenta del gran valor que tiene.
Ocurrirán dos cosas
La primera es que con suerte, cuando vuelvas a entrenar todo seguirá igual que antes del confinamiento y tu entrenamiento seguirá siendo “normal” y podrás poco a poco seguir progresando y pasándotelo bien.
La segunda es que cuando vuelvas, algo habrá cambiado, y posiblemente ni te habrás dado cuenta. Te notarás mejor haciendo determinados ejercicios y pensarás que simplemente es porque son más fáciles o se te dan mejor, o quizá simplemente llevabas tanto tiempo sin hacerlos que ahora te sientes muy bien. Lamento corregirte una vez más ya que no es así, has regresado como un nuevo individuo, más consciente de cómo debes entrenar, y que cada vez que realiza algo presta atención a mil y un detalles sin necesidad de que nadie se lo diga, y lo mejor, serás capaz de aplicarlos, porque esta vez si has aprendido algo realmente importante, y es que ahora, amigo o amiga mía… estás en el camino.
Conclusión
Como dije, esto es mi experiencia personal pero lo que si puedo decir, es que no he necesitado estar confinado para reiterar que aquello que pienso es cierto. Llevo un mes trabajando exclusivamente en el aire pero enfocado y concienciado como el primer día y puedo decir que me siento como un estudiante novel que apenas sabe nada y cada día cree descubrir algo nuevo. Es simplemente maravilloso y gratificante, ya que quizá las personas que llevamos mucho tiempo en esto, aunque estemos concienciados con lo que he tratado de expresar a lo largo de este artículo, a veces nos olvidamos de lo entusiasmante que es volver a empezar.
Llevo muchos años entrenando, y si algo he aprendido, es que en ocasiones, repetir movimientos puede ser un poco aburrido, pero es innegable, que te cambia por completo. El trabajo de Shadowboxing o de sombra es el más importante sin ningún tipo de duda. Cada movimiento o repetición por poca importancia que creas que tiene, está cambiando tu cuerpo y tu mente. Ahí es donde reside la magia de esto que hacemos, en que nunca hay un final, porque de una manera u otra podemos progresar sea cual sea la circunstancia, solo te necesitas a ti mismo/a y querer hacerlo, es tan sencillo como eso.
Así que dejad de leer, haced unos fondos, y todo el mundo a moverse. Keep going!!!
Valora todo lo que puedes hacer incluso cuando creas que no puedes hacer nada.
Guillermo Frías – Artes Marciales y Deportes de contacto
José C Casimiro
Me parece muy buena aportación. Algunos o muchos deben leer esto y darse cuenta que es lo mismo que en la sala de entreno: repetir, repetir y repetir… no hay muchos más secretos.
Gracias por el buen trabajo que haces y por este aporte. Una vez más, felicidades!!!
Guillermo Frías
Muchas gracias Maestro!. Se que tú eres un gran ejemplo de esto que he tratado de expresar. Un abrazo fuerte.
Stefa Horatius Cristina
hello I love the header of your blog, it is a personal creation? Stefa Horatius Cristina
Guillermo Frías
Thx Stefa. It’s a personal creation for sure 🙂